En colaboración con: Iñigo Garcia, Isaac Penhos & Adrián Toca
La Orden de la Merced es una orden religiosa católica, la cual fue fundada en Barcelona el 10 de agosto de 1218. El carisma Mercedario nace cuando un joven mercader llamado Pedro Nolasco, nacido en un pueblo cercano a Barcelona, dice sentir día a día un especial llamado de Dios. Veía muchas miserias e injusticias que ocurrían en el mundo en el que él vivía. Esto lo llevó a preguntarse: "¿Qué podría hacer para atenuar tanto dolor y para acabar con tanta injusticia?".
A partir de allí él comienza un nuevo camino en el que se dedica a luchar por la libertad de los católicos que habían abandonado la religión y sobre todo de aquellos que por situación de esclavitud, dolor o destreza emocional estaban en peligro de perder su fe. Nolasco sentía una fuerte conexión con la Virgen María, la cual se le apareció en una ocasion en la forma de Santa María de la Merced, ofreciendole fuerza y guiandolo en su camino hacia la liberación de sus hermanos católicos.
La propuesta formal nace como respuesta a la necesidad de separación de las actividades y zonas públicas de las privadas, usando como eje principal de diseño el esquema original de un claustro: un patio central cuadrado, que en sus lados tiene una galeria porticada con arquerias que descansan en columnas. Aunque generalmente en los monasterios que se encuentran alrededor del mundo solo existe un gran claustro central, la misión y esencia acogedora de los Mercedarios (la cual invita al público a adentrarse en sus muros) permitió la incorporación de un segundo claustro.
Los elementos estructurales usados en el proyecto son derivados de los clásicos utilizados en los primeros monasterios de la orden.
Tavertet es un municipio de Cataluña, España. Perteneciente a la provincia de Barcelona, lugar de fundación de la Orden Mercedaria. El pueblo de Tavertet es un núcleo rural de pequeñas dimensiones, muy poco poblado y, especialmente, elevado. Son doscientos metros de altura a los que se sitúa su coniunto de casas con respecto al fondo de un despeñadero por donde circula el río Ter que, en este punto, ejerce de nexo de unión entre los pantanos de Sau y Susqueda.
Al adentrarse por estas tierras a través de una curvilínea ruta se encuentra el paisaje natural: cuevas, saltos de agua, vestigios prehistóricos, vegetación y los riscos. Estos son enormes formaciones de rocas de varios todos de blancos, rojos y ocres, tapizadas con vegetación endémica. En la parte más elevada nos espera un mundo que roza el cielo, bajo cuyos pies se extienden paisajes que confluyen en un todo de imagen perfecta. Es ahí, en esta conexión entre el cielo y la tierra, en donde yase el Monasterio de Santa María de la Merced.
La evolución del proyecto surge a partir de esta necesidad de la separación de lo público y lo privado, utilizando la forma clásica de los monasterios mercedarios, el cuadrado. El proyecto consiste en dos volúmenes con un gran claustro central. Cada uno de estos claustros alberga el programa de ambos tipos de usuarios: uno el público y el otro el privado. Al centro del proyecto se encuentra la intersección de estas dos figuras, y esta no solo es una unión de los volúmenes, sino también el lugar de encuentro de ambos usuarios: la biblioteca. Este espacio es un núcleo simbólico en el cual se reúnen monjes y público general para compartir y absorber conocimiento mutuo.
El monasterio está diseñado utilizando como material principal la piedra natural de la zona. Estas piedras son las mismas rocas blancas que forman los riscos, y que materializan la arquitectura del pueblo vecino, lo cual crea una conexión perfecta entre lo construido y lo natural. Los patios de ambos claustros al igual que las terrazas y el jardín escultórico son hogar de la vegetación endémica que vive en los riscos, minimizando el impacto de la huella del provecto sobre el suelo y creando una conexión más profunda entre interior y exterior.
Esta relación entre el ambiente natural v el construido es un elemento importante del proyecto. Se pretende facilitar una relación entre arquitectura, naturaleza y usuario, la cual cree un balance perfecto que fomente la espiritualidad y la conexión con lo divino. Es por esto que existe un juego de aperturas, terrazas y espacios abiertos que enmarcan el paisaje y permiten una interacción con él.
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